ROSA DE JERICÓ

La Rosa de Jericó
Es un helecho que absorbe y se alimenta de todo tipo de energías del lugar donde se encuentra, especialmente de las negativas, transformándose en positivas. Es una planta sacra y una de las más mágicas de nuestro mundo.
¿Quieres Bendecir y proteger casas, atraer la suerte, el dinero, la fortuna a los negocios y en el amor?
Los que decidan poner una Rosa de Jericó en su vida y trabajen con ella, experimentarán mejoras en su salud, vida en pareja o matrimonial, exámenes, en el trabajo, los negocios, la prosperidad económica o en la suerte de sus vástagos. Tiene la particularidad de poder presentarse en dos estados completamente diferentes: hecha una bolita, pareciendo un simple matojo mustio, cuando las circunstancias son desfavorables; o con los esporangios extendidos y de un color verde vivo, cuando encuentra suficiente humedad a su alrededor.

En la Biblia se hacen varias referencias a la Rosa de Jericó, de las que entre sacamos esta en las que se cita textualmente: “Crecí como palmera en En-Gadi y broté cual rosa de Jericó; como magnífico olivo en la llanura, y crecí como el plátano…”. (Elogio de la sabiduría, capítulo 24, versículo 24).

Mantenimiento de la Rosa de Jericó
Si adquiere su Rosa de Jericó por primera vez, buscaremos un cuenco, plato hondo o pecera de materiales naturales (barro cocido, madera, cristal, monterita…) donde deberá colocarla. Los recipientes de materiales sintéticos no son tan afines y resultan mucho más bastos a la hora de dejar pasar las energías.
A los tres días, cambiaremos el agua, y a partir de esta vez puede hacerse cada dos semanas. La primera vez debe ponerse en el agua un martes o viernes a las nueve de la mañana o tres de la tarde. Esta operación debe realizarse siempre a la misma hora, tanto la primera vez que le cambiemos el agua a los tres días como en las veces sucesivas.

También, cada vez que cambiemos el agua o queramos pedir algo en especial, recitamos esta oración:

“Divina Rosa de Jericó. Por la bendición que de nuestro Señor Jesucristo recibiste, por la virtud que tú encierras y por el poder que se te concedió, ayúdame a vencer las dificultades de la vida, da paz, prosperidad, alegría, salud y felicidad a este hogar en donde tú estás, al igual que a sus moradores, protégelos de cualquier enfermedad y mal. Divina Rosa, todo esto te lo pido en virtud de todo aquello que tú encierras, en y por amor de Cristo Jesús. Amén.”

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